Las cumbres climáticas, una larga travesía hacia un esquivo consenso que permita actuar, un tortuoso camino hacia un tardío éxito, el definitivo fracaso. Excusa tras excusa, el temor a la pasividad se vuelve certidumbre
Cuando ya parecía que treinta largos y frustrantes años daban paso, por fin, a un acuerdo sobre la lucha contra el cambio climático y por un mundo sostenible, que hasta EEUU iba suscribir, el incombustible Berlusconi, cargando sin ningún rubor con la desfachatez de la mayoría de sus prudentes colegas nos explica que no es el momento y que habrá que esperar.

Se le agradece a Il Cavaliere la franqueza que tanto estaban dosificando los demás gobernantes occidentales. Pero nadie podía engañarse. Si en un solo año se han puesto en juego descomunales medidas contra la recesión económica como nunca antes se habían articulado, sólo hay una explicación para que nada semejante se haya hecho todavía para encarrilar los esfuerzos de todos contra los galopantes efectos nocivos de nuestro progreso.
Ahora es la crisis económica la que sirve de pretexto para arrinconar las prisas y las firmes determinaciones. Es verdad que la Unión Europea ha forzado un acuerdo interno para alcanzar el objetivo del “triple veinte” pero no pasa de ser sólo algo más que una medida testimonial. Habría que hablar de que también se ha cumplido el “fracaso del triple veinte”. Veinte por veinte años que han pasado desde que los científficos de la NASA certificaran la emergencia ambiental, otro veinte por el veinte por ciento de reducción inmediata de CO2 ya prometida en Toronto en 1988 y un veinte más por los años que quedan para que, gracias a nuestra pasividad, Africa sea arrasada por las infecciones. Puestos a añadir veintes bochornosos podemos hablar de los veinte años que pasaron, hace casi otros veinte, para que se repitiera un mensaje de alerta sobre el crecimiento desenfrenado y sus amenazas, o del veinte por ciento del total de emisiones de CO2 a la atmósfera que supone la desforestación obscena del Amazonas, cercana a su quinta parte, otro veinte por ciento.
China no quiere adherirse al control de emisiones aunque nos dice que piensa que reducir su consumo energético no renovable en…un veinte por ciento, claro. Los países emergentes, ahora, y los EEUU, desde el principio de la alarma por el cambio climático, llevan la etiqueta de niños malos, pero la gigantesca actuación, fulminante e incesante, de todos los poderes del mundo industrializado contra la recesión económica y la crisis financiera, nos ha dejado con el culo al aire. Imposible disimular más. Está claro que primero es lo primero. La Tierra puede esperar.
La larga marcha hacia la inacción
1979 |
Ginebra | Primera Conferencia Mundial sobre el Clima |
OMM |
1988 | Toronto | Objetivo “Toronto” científicos contra emisiones CO2 | |
1990 | Ginebra | Segunda Conferencia Mundial sobre el Clima |
OMM |
1992 | Río de Janeiro | Convención Marco sobre Cambio Climático | |
1995 | Berlín | Primera conferencia de las partes COP1 | COP1 |
1996 | Ginebra | Segunda reunión de las partes | COP2 |
1997 | Kioto | Protocolo contra los gases invernadero, por 160 países | COP3 |
1998 | Buenos Aires | Normas para desarrollar el Protocolo de Kioto | COP4 |
1999 | Bonn | Revisión de los calendarios | COP5 |
2000 | La Haya | Revisión de los calendarios | COP6 |
2001 | Marrakech | Nuevas normas para desarrollar el protocolo de Kioto | COP7 |
2002 | Nueva Delhi | Se establecen mecanismos de desarrollo limpio | COP8 |
2003 | Milán | Presión sobre Rusia para lograr su adhesión a Kioto | COP9 |
2004 | Buenos Aires | Rusia ratifica “Kioto” | COP10 |
2005 | Montreal | Comienzan trabajos prácticos para articular Kioto | COP11 |
2006 | Nairobi | 300 millones de euros para que Africa se adapte a Kioto | COP12 |
2007 | Bali | Kioto se cuestiona por quedarse corto | COP13 |
2008 | Poznan | Se adhieren los países emergentes | COP14 |
2009 |
Ginebra | Tercera Conferencia Mundial sobre el Clima |
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